Mintz, Frank
La autogestión en la España revolucionaria
Españaautogestióncolectivismo y colectivizaciónMINTZ, Frank (1941-....) ; pseud. Martin ZEMLIAK, Israël RENOVMadrid: La Piqueta, 1977, 436 pp.
Si me hubieran enteramente satisfecho las informaciones sobre las realizaciones económicas de los libros de Leval y Peirats, no habría emprendido ningún estudio. Pero para mí el defecto de estos trabajos es que parten de afirmaciones más que de demostraciones : sobran los testimonios y faltan los resultados comprobables. En cierto modo podrían ser idílicos relatos sobre los koljoses o las comunas chinas. Emprendí mi trabajo con el firme deseo iconoclasta de destruir la demagogia y atenerme a la realidad. Así, mi libro estriba en preguntas prácticas : ¿por qué tuvo lugar la autogestión en España? ¿Cómo se desarrolló, espontáneamente o por la fuerza? ¿Tuvo resultados concretos ? ¿Presenta rasgos originales, si se compara con otras tentativas de gestión colectiva ? Tuve la suerte de dar con datos concretos para Castilla; y recalqué las aportaciones y mejoras económicas, a nivel de la zona republicana.
Lo esencial son mis estimaciones globales :
Andalucía : La cifra de colectividades agrícolas mínima es 120 y la máxima de 300, tomando un promedio de 210 con 300 personas en cada uno, tendriamos 63.000 personas.
Aragón : Las cifras de 450 colectividades con 300 000 habitantes es aceptable. Además, la UGT tenia cierta fuerza, como por ejemplo 31 colectividades en Huesca
Cantábrico : Los datos citados, aunque sean mínimos, se pueden reseñar: un centenar de colectivos agrícolas con 13 000 personas.
Cataluña : El dato mínimo de colectividades agrícolas es 297 y el máximo 400; Si tomamos 350 con 200 personas de promedio, tenemos 70 000. Para la autogesión industrial, dada la ley, el conjunto de los obreros estaba concernido, pero el paro era importante. Tomando 80 % de los 700000 obreros que había en la provincia, tenemos 560 000 personas, o sea, con sus familiares, un mínimo de 1 020 000.
Centro : 24O colectivos agrícolas CNT con 23 000 familias, o sea un mínimo de 67.992 personas, redondeando, a lo que habrá que agregar los colectivos UGT, de por lo menos otro tanto, o sea 176 000 en la agricultura. Muchas colectividades industriales existían en las capitales y los pueblos y un mínimo de 30 000 per sonas afectadas nos parece lógico.
Extremadura : La cifra de 30 colectivos con 220 personas, o sea 6 000, debe ser un máximo para la CNT y la UGT.
Levante : Nuestra estimación es de 503 colectivos como mínimo en la agricultura, afectando a 130 000 personas. En la industria la cifra mínima e hipotética de 30 000, como en el caso del Centro, es razonable.
Total : 758 000 colectivistas en la agricultura y 1 080 000 en la industria. Tenemos, por tanto 1 838 000, cifra mínima como explicamos al principio. Esta estimación corrige la que publicamos en 1970 (2 440 000 y 3 200 000), y corresponde a las de V. Richards (I 500 000), pero se oponen radicalmente a las de G. Leval, tres millones, y últimamente “ seis, siete, ocho millones’’”.
Frank MINTZ