Juan Manuel Roca e Iván Darío Álvarez. Diccionario anarquista de emergencia.

diccionarios y enciclopedias

Norma, 2008. 280 p. 16x23. ISBN: 9789584507723

Si hay diccionarios filosóficos, de literatura, de arte, de heráldica, de símbolos, si existen diccionarios históricos y de muchos otros asuntos y disciplinas, ¿por qué el anarquismo, que tiene su filosofía, su propia literatura, sus teóricos del arte y sus artistas, sus símbolos contestatarios y una amplia y poderosa historia, no puede tenerlo? Fue algo que se preguntaron los autores de este diccionario y así emprendieron la pesquisa para crear un gran fresco a partir de defi niciones y de biografías anarquistas. En sus páginas hay el registro de vidas extraordinarias, enamoradas de la libertad.Canciones libertarias. Poemas. Polémicas. Aforismos. Mucho humor y hondo inconformismo. Incluye, entre otras, la semblanza de una heroína de la Comuna de París como Louise Michel, la legendaria militante que afirmaba su anarquismo diciendo: “el poder está maldito, por eso soy anarquista”, lo mismo que las biografías de héroes de la Guerra Civil Española como Buenaventura Durruti, de la Revolución en México como Flores Magón, del anarcofeminismo como Emma Goldman, de teóricos del arte como Herbert Read, músicos como John Cage, Joe Hill o Boris Vian y recuentos de la gran cinematografía anarquista. También aparecen en su galería libertaria escritores y poetas que tuvieron vínculos ácratas como Kafka o como Orwell, pensadores contemporáneos como Noam Chomsky, ecologistas objetores de la conciencia depredadora como Murray Bookchin y desobedientes como Henry David Thoreau. Es, de paso, un mentís a la gran tergiversación histórica que acompaña al vocablo anarquía como signo de anomia y terror. Resulta un libro necesario en horas de autoritarismos, de la ceguera histórica que acompaña a diversas vertientes políticas en este y en tantos otros lugares del planeta. El Diccionario anarquista de emergencia comporta una amplia mirada a la cultura artística y a la cultura política de los siglos XIX y XX y también a un sueño que siempre es “color de porvenir”.